Películas: Jesucristo Cazavampiros

Hoy vengo con un peliculón de los grandes. Y no, no es una ironía, lo digo totalmente en serio.

Jesucristo Cazavampiros es un peliculón. Y quizá con ese título muchos no lo piensen, y menos viendo que es una película de Serie Z sin recursos ni nada. Pero lo es, de verdad.

Es divertida como pocas, no podía parar de reírme durante toda la película. Y no, no es porque sea mala. Es una genialidad, una frikada genial. Ojalá yo pudiera rodar con mis amigos una película así, de verdad. Me sentiría demasiado orgullosa de mí misma.
Y esta película parece el resultado de un día que se te ocurre una idea friki y con mucha gracia con algún amigo, pero en lugar de quedarse en una anécdota con la que te ríes mucho solo de imaginarla, la haces realidad. ¡Y menos mal que la hicieron! Porque el rato que pasé viéndola fue un regalo. Creo que podría estar deprimida, al borde del suicidio, y ponerme esta película, y no poder evitar reírme y que, al menos mientras la veo, se me olviden los problemas y me den ganas de conocer a este Jesucristo, declararme su fan, que me enseñe a pelear como él, hacerme una foto con él y enmarcarla y enseñarla a todo el mundo más feliz que nadie y querer rodar una película así.

La historia va de unos vampiros, que además pueden soportar la luz del día por un transplante de piel o algo así, no la mariconada de que brillen como diamantes falsos como en Crepúsculo, y un cura punk (sí, un cura PUNK...¡es que es buenísima, joder!) decide llamar a Jesucristo para que acabe con ellos y con los ateos, seres malvados donde los haya. Y aquí aparece el héroe, el crack, el Dios: Jesucristo, el que caza vampiros y reparte hostias como nadie. El personaje de Jesucristo es uno de los mejores que he visto, de verdad os lo digo. Y el actor tiene parte de culpa: pone unas caras y unas expresiones...de todo tipo, ni os las podéis imaginar. Es genial. Si el personaje no hubiera sido tan bueno, la película seguramente no me habría encantado tanto, pero con semejante crack, yo me tengo que rendir a sus pies.

La película es una suma de demostraciones de lo grande que es Jesucristo y puntazos uno detrás de otro. Destaco cuando al principio de la película, Jesucristo tiene que pelear contra unos ateos. Antes de comenzar la pelea, dice una de sus históricas frases: ¡Que empiecen las conversiones!

Y lucha a muerte con los ateos. Que, por cierto, salen de un coche. Y están como 5 minutos, saliendo sin parar, de ese coche más bien pequeño, ateos sin parar para luchar contra nuestro honrado Jesucristo. Como cuarenta ateos salen del mismo coche. Pero Jesús puede con todos, en una pelea, que sí, también está entre mis favoritas de la historia, como lo está la del pasillo de Oldboy. Simplemente hay que verla...adelanto que incluso hay un golpe con stop motion insuperable.

Y, en fin, que lo dicho, que es una gracia detrás de otra. Pero gracia de verdad, no una estupidez con la que te ríes. No. Es original, es ocurrente, es...única. Si hasta hay un ciego leproso que es la estrella de un bar, que canta una canción cuya letra es: Obiii Obiii Obiiii, ¡¡¡Obi Wan Kenobi!!! También hay números musicales (con bailarines desincronizados, claro), una banda sonora inigualable... Es que lo tiene todo. Para mí, una de las películas con las que más me he reído en mi vida y la verdad, le tengo mucho cariño. Sobretodo a Jesucristo. Quiero que la segunda vez que la vea, sea con alcohol de por medio, para ver si puedo reírme aún más que la primera vez, lo cual es difícil de superar.



Claro, que muchos, al ver lo cutre que es, se escandalizarán y nunca podrían decir que esta película está bien (¡está más que bien!). Y a otros, simplemente, puede que la frikada no les haga gracia. Pero a mí sí, y adoro con toda mi alma y devoción a este Jesucristo. Si el de verdad hubiera sido así, yo juro que ahora estaría en una iglesia para honrarle y hacer llegar su historia a todos. Pero bueno, me conformo con darle las gracias por haberme hecho pasar un rato tan divertido, que ninguna otra podrá igualar, y declarle mi amor y mi servicio leal e incondicional.