Voy a hablar del Paul de Michael Pitt. Y muchos pensaréis: pero si es el mismo. Para mí no. Las actuaciones de ambas versiones son acojonantes, pero la verdad es que no voy a entrar si Michael Pitt es mejor que Arno Frisch o al revés. Simplemente, creo que las actuaciones de cada uno le dan un matice diferente al personaje. El Paul de Arno Frisch es un cabronazo sin escrúpulos, frío. Lo ves y solo piensas que es un gran hijo de puta, vaya. Al menos, eso me transmitía a mí. En cambio, Michael Pitt aporta algo nuevo al personaje: humor. El de Arno Frisch para mí era muy calculador, serio (claro que tenía sus momentos también, al fin y al cabo el guión es el mismo...pero la manera de interpretarlo no tiene por qué ser la misma). Michael Pitt, con esas risas en momentos puntuales, y la expresión de su cara al decir ciertas cosas, le da un puntillo de humor psicópata genial.
Y dejemos las cosas claras: creo que estoy un poco enferma, porque me lo paso en grande con Funny Games. Y el culpable es Michael Pitt, su Paul. Su personaje consigue que empatice con él (lo que yo os diga, enferma perdida). Me río cuando él dice algo en tono sarcástico y tan enfermizo como mi cabeza cuando ve esta película. Yo también disfruto.
Al Paul de Michael Pitt también le da por reírse, o mirar -momento niño con la escopeta que él imita el ruido de un disparo- de manera que te hace pensar que está totalmente ido de la cabeza. Aunque es capaz de volver a ponerse serio -no del todo, que se está divirtiendo- y seguir jugando con la familia, y con todos nosotros.
Sabemos poco de él, aparte de su humor y sus hobbies tan peculiares. Sabemos que tiene un compañero, al que de vez en cuando, no trata demasiado bien. Es el líder. Todo está bajo su control. Todo. Su compañero, lo que pasa, las vidas de una familia entera, la película. Y también suponemos que debe provenir de una familia acomodada, ya que reconoce la marca de palos de golf y se ve que entiende del tema, y que además, sabe manejar un barco de vela. O viene de una familia con pasta, o se ha paseado ya por demasiados lugares de descanso de familias de clase media-alta y ya se ha familiarizado con todo.
Además de todo esto, es educadísimo. Ya puede estar diciendo que vas a morir, que lo hará de forma educada. Pero poco más. Eso le añade un misterio al personaje que me gusta. Hay poco que se pueda saber de él aparte de lo que te haga sentir cuando sale en pantalla.
En fin, que adoro esta película, y adoro a Paul. Michael Pitt se ganó mi respeto con esta actuación, aunque las veces que lo he visto demuestra que se le da bien esto de actuar. Gran psicópata. Y bueno, quizá muchos prefieran al Paul de la primera versión, y crean que también tenía su punto de humor. Puede ser. La recuerdo menos también. Pero sí recuerdo que me transmitieron sensaciones distintas. Y el Paul que me ganó y me hizo replantearme mi salud mental es el de Michael Pitt.
Grande Haneke, de todas maneras.
PD: No tiene nada que ver...bueno, algo sí, pero vamos... Damon Albarn en este video me recuerda al personaje de Michael Pitt en esta peli. Por aquello que van de blanco, son rubios, ojos azules, y están pirados. Salvando las distancias, no se parecen en nada, pero me recuerdan. Y encima homenaje a mi Alex DeLarge y su naranja mecánica con super temazo. Qué amor todo.
Como bien dices cada Paul es distinto, del mismo modo que la versión americana gana en profundidad y actitud crítica ya que se filmó en la cuna del cine que ha transformado la violencia gratuita en diversión para toda la familia.
ResponderEliminarPor cierto, tu anterior entrada analizando el primer capítulo de "Malditos Bastardos" me ha parecido fantástica. La película es genial y TODO el reparto esta fantástico. Es impresionante como en ese capítulo que analizas la tensión sube hasta límites insospechados solo por como Tarantino alarga innecesariamente (aparentemente, porque si no no seria tan agobiante) la escena y por la interpretación de Christoph Walt.
Comparto vuestras opiniones. Adoro Funny Games. Cuando la vi en versión original quedé flipadísimo, pero cuando vi la americana tuve realmente miedo en algunos momentos. Como dices, esas risas puntuales, esos guiños y ese personaje que, al menos para mí, era de sobra conocido por otras series y películas, hizo que realmente pensara que se merecía lo peor. La americana aporta una dosis de psicopatismo (y olé) macabro que hace que penetre más. Y, principalmente, se consigue a través del personaje de Paul, sí.
ResponderEliminarGenial, como siempre ^^
Hola, ubiqué tu blog a través de Querido Peliculario de Bertoff. Y déjame decir que ha sido un buen hallazgo. Solamente he visto la segunda versión de Funny Games, pero Michael Pitt siempre ha participado en películas interesantes.
ResponderEliminarMe encantaría que te sumes como seguidor a mi blog, y por supuesto, yo haré lo mismo.
www.artbyarion.blogspot.com
Me ha gustado esa pd, a mí también me ha recordado Damon al Paul de Michael Pitt. Gran peli, las dos versiones, y es que Haneke siempre sabe dejarte sin respiración con sus películas, y como tú dices el toque sarcástico en su justa medida con esas sonrisitas que le da Pitt es genial.
ResponderEliminarPor cierto, me encantó tu entrada sobre Scott Pilgrim. A mi novio le encantan los cómics, la vimos este fin de semana (él por segunda vez) y me encantó!!!! (L) Es demasiado genial esa peli... el momento "I'm in lesbians with you" que grande, y los sietes "exs" y el amigo gay, y Ramona y el dibujo que hace él de su pelo jaja Es de esas pelis que no paras ni un momento aburrido, todo el rato pasando cosas... una pasada, de verdad hacía tiempo que no veía una peli que me gustara tanto ;)
un beso!
No he visto la versión norteamericana de Funny Games, así que no he visto al Paul de Michael Pitt, pero el primer Paul me parece ya de por sí un personaje ACOJONANTE, en todas las acepciones del término.
ResponderEliminarHola!. Compartimos entusiasmo por esta genial película. Genial en sus dos versiones.
ResponderEliminarTe espero por mi sitio y espero que te guste y nos "sigamos" leyendo.
Saludos cordiales.